La técnica viene de Quebec: en lugar de construir una losa de hormigón, se hincan pilotes en el suelo y se coloca la casa encima.
No siempre se puede construir una losa con cimientos tradicionales. También pueden utilizarse pilotes. Esta técnica desarrollada en Canadá se utiliza también en Francia. El arquitecto Sébastien Morfouasse invitó a una demostración de cómo se hincan estos pilotes en la urbanización de Forlach. Estuvieron presentes unas veinte personas. Es muy sencillo: una máquina atornilla en el suelo los tubos de los pilotes metálicos que tienen conos de soporte en sus extremos. Cuando se atornilla el pilote la máquina ejerce la presión necesaria, es decir el equivalente del peso que puede cargar el pilote. El tubo de acero galvanizado se atornilla hasta llegar a obtener la masa requerida en el plano del arquitecto (2 toneladas, 4 toneladas,...).
“Un solo día ha bastado para plantar los diez pilotes de la casa”, explica Olivier Le Bigot, de la empresa Techno Pieux Rennes-Vannes, franquicia de la marca canadiense. Los pilotes se atornillaron hasta 4 metros de profundidad y se cortaron entre 30 y 60 cm por encima del suelo. En la punta de los pilotes se instalarán los soportes que recibirán y fijarán la casa.
La casa tendrá 105 m2 con una planta. Se apoyará también en algunos muros bajos. Alrededor de la vivienda se colocará una franja de tierra hasta la altura del suelo, con lo que los pilotes serán invisibles, pero no inaccesibles. Ty Coat Construction es la empresa que construye esta vivienda de madera.
Sébastien Morfouasse, el arquitecto, ya ha utilizado esta técnica en otras ocasiones: “Para esta casa, queríamos una losa que estuviera lo más cerca posible del suelo, pero para la cimentación la mala calidad del terreno nos obligaba a excavar a mucha profundidad. De ahí surgió la idea de los pilotes. De lo contrario, hubiéramos tenido que poner mucho hormigón, lo que resultaba demasiado caro.
En una situación que no sea problemática, esta técnica no presenta ventajas desde el punto de vista económico. Pero, desde el punto de vista ecológico, es inteligente: el día en que se quiera quitar la casa, nos encontramos con un terreno sin cimientos. Durante la demostración surgieron muchas preguntas: sobre la longevidad de los pilotes (“al menos cien años, y entonces pueden cambiarse”), sobre su rendimiento (modelos o disposiciones que permiten soportar edificios muy pesados).
Odette Odin, la futura propietaria de la casa, estaba presente en la demostración. Su casa de madera tomará forma a principios de año, y está ya entusiasmada con la idea de ocuparla. Quiso que fuera respetuosa con el medio ambiente y así será. “Se puede tener una casa urbana bioclimática”, insiste.
Tambén la complace otro aspecto de este proyecto: “Todas las empresas que intervienen apoyan los procedimientos respetuosos con el medio ambiente y con las personas. Eso incluye los materiales, la limpieza de la obra al final de la jornada, que ningún empleado lleve cargas superiores a 25 kilos....”
Fuente : Ouest France